viernes, 24 de febrero de 2012

AMOR Y DOLOR (Cap 13)

Se acercaba mi cumpleaños. Ese 11 de agosto cumplía 30 años, era 10 y estaba en la agencia de publicidad, recuerdo que los muchachos bajaron a fumar y me dijeron que me esperaban abajo, yo estaba reunida con Sergio, mi jefe, el dueño de la agencia, cuando le dije que iba a bajar me dijo que si podía acompañarnos y obviamente le dije que sí.

En la tienda los muchachos comenzaron a preguntarme, que iba a hacer para celebrar mi cumple, entonces Sergio pregunto que cuando era, y pues como caía sábado no trabajábamos ese día. Todo quedo así y subimos nuevamente a la oficina, después de un rato Sergio me llamó y me dijo que quería celebrarme el cumple pero que como yo de allí salía para el call center y de allá salía tan tarde que ya con los muchachos de la oficina ni modo, pero que si podía invitarme a algún lado cuando saliera de trabajar a las 10 de la noche, que él me recogía.

Cuando me preguntó si me parecía mal que me invitara, le dije que no porque era un bonito detalle que si viera otra intensión pues no saldría con el porqué era mi jefe.

A las 10 de la noche llegó a recogerme y me llevo a un bar en la 93, a las 12 de la noche me felicito con un beso, quede sorprendida pero me gustó, además que me había tomado unos cócteles (cabeza de jabalí) que me tenían un poquito mareada. Ese día comenzó una relación que no sé como describir, al principio él era un príncipe, comenzó a recogerme todas las noches para llevarme a mi casa, aclaro, él vivía en el norte de Bogotá, calle 139, salía de su casa a las 10 de la noche, me recogía en la 94 con 11 y me llevaba a mi casa en el occidente, en la calle 22 más o menos con 90, ósea se daba un gran paseo. Fue así por lo menos un mes. Pueden imaginarse como me sentía, me enamoré, era perfecto, me escuchaba, entendía lo que estaba pasando con Isabella, era un apoyo, me sentía protegida, cuidada, querida.

Pero bueno eso no duro mucho porque después vi otra cara de él, pero ya era tarde para mí. Sergio tenía un gran fantasma que cargaba a cuestas, una mujer que para mí no tiene escrúpulos, pero no está en mi el juzgarla, el estaba aferrado a ella pero yo no lo sabía y ese no querer soltarla hizo que cuando él comenzaba a sentir algo por mi entonces sé atemorizara, creo yo. Su actitud cambió, comenzó a mostrarse frío, descarado, aunque pasábamos casi todo el tiempo juntos porque además me ofreció trabajar con él tiempo completo pues le parecía que el otro trabajo era demasiado duro, además mi mamá ya iba a regresar a Cali y no tenía con quien dejar la niña hasta tan tarde todos los días.

Con el paso del tiempo, por mi inseguridad y por la actitud de él, comencé a buscar el “porque” pasaba lo que estaba pasando y como dicen por ahí, el que busca encuentra. Yo encontré cosas que me lastimaron mucho, tristemente para mí. Yo sentía que él era mi salvavidas que no podría seguir sola.

Además todo no era malo, él es un hombre muy bueno, que además  ama a mi hija, hizo cosas muy bonitas por ella.

Sergio igual es un gran padre y un muy buen hijo. Conmigo se portaba muy bien, me consentía, me cuidaba. Alcancé a vivir siete meses con él y si no fuera porque a mí me hizo tanto daño leer algunas cosas que encontré, habríamos tenido una hermosa relación, porque cuando esas cosas no estaban en mi cabeza todo iba muy bien. Si él no hubiese tenido esa actitud de que llevaba todo el control, bueno igual Dios me pedía  que me alejara de él y así lo hice porque él no era un hombre de Dios y porque además yo lo estaba poniendo por encima de Él, lo había endiosado, debía alejarme para sanar muchas cosas y renovar mi relación con Dios. Oré mucho para que Sergio se acercara a Él, aunque ya no estuviera conmigo y hoy me siento feliz de que ya lo tiene en su corazón, él ha cambiado muchísimo aunque nuestra relación terminó, porque yo no he logrado perdonar y sanar y porque en mi estado no quiero estar con nadie.















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