Con Jaime tuvimos algunos problemas, yo ya estaba cansada de que su mamá lo manejara y además no veía que el buscara trabajo, pasaba en casa haciendo nada. Conocí a alguien que me invitaba a buenos lugares y salí un par de veces con él, Jaime se entero, y llorando me pidió que no lo dejara, hoy me arrepiento de eso, hice muchas cosas que lastimaron a Jaime, tal vez porque no estaba preparada, era muy niña y consentida, siempre tuve lo que quería, aunque sé que el sí daba la vida por mí.
Pasamos esa tormenta, el por fin consiguió trabajo, mejor dicho se lo consiguió su mamá. En ese momento estábamos viviendo donde mi amigo Héctor Beltrán, amigo del “Tutty” de quien ya les hablé. Héctor nos dio una mano dejándonos vivir en su casa porque yo estaba sin trabajo y Jaime apenas estaba comenzando en el suyo, solo teníamos la ropa y una colchoneta en la que solo cabía yo, y algunas cobijas.
Yo comencé a sentirme mal, pensé que era la Hipo-Glicemia que me estaba molestando porque no me alimentaba bien, había días en los que solo comíamos unas papas y una gaseosa. Cómo ya Jaime trabajaba pude ir al médico, ¡QUE SORPRESA!, cuando el médico me pregunto qué me gustaría más, si niño o niña, a mí ya me habían dicho que no podía tener bebes debido a mis desordenes alimenticios, mi útero era el de una niña de 12 años, Jaime si estaba loco por un bebe, yo la verdad me sentí asustada y solo pensaba en mi papá.
Cuando fui a buscar a Jaime a su trabajo para contarle se puso feliz, les decía a todos que iba a ser papá, la verdad es que era un milagro del cielo. Yo viaje a Cali a contarle a mi papá, le dio durísimo, no me volvió a hablar en algún tiempo.
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