domingo, 1 de abril de 2012

COMO CRISTO LLEGO A MI VIDA (CAP 15)

El llevaba varios años tocando a mi puerta, y haciendo milagros en mi vida. Había sanado a mi hija de una luxación de cadera. Había puesto gente en mi camino en momentos de desierto a que me dieran una mano. Me devolvió a mi hija después de dos años de no estar con ella e hizo muchos otros milagros que yo veía pero que ignoraba.

Desde mi separación del papá de mi hija y la pérdida de la niña, caí en una depresión profunda. Me refugie en el trabajo, pero no era suficiente distracción, así que mi desahogo era el alcohol. Estuve saliendo con alguien en ese tiempo pero jamás fue algo que tomara muy en serio, era una forma de no sentirme sola, y después de un tiempo de seguir así y recuperar a mi hija me sentía tranquila pero igual de triste. Jamás hablé con nadie de lo que sentía, encontré refugio y apoyo en Sergio que desafortunadamente tuvo que cargar con mis frustraciones y yo con sus errores, toqué fondo. Cuando me tomaba un trago sacaba toda la basura que tenia por dentro, lo trataba mal, le hacía escándalos, él no me amaba y eso me frustraba más. Una acumulación de todo hizo estallar algo dentro de mí, siempre había creído que era fuerte, cuando me deprimía lloraba, pero luego me recargaba de fuerzas y me levantaba, esta vez ya no era capaz de hacerlo.
Busque mil cosas, llegue a NEURÓTICOS ANÓNIMOS, y mientras más hablaba con ellos peor me sentía, había días en que no podía parar de llorar, no me sentía capaz de pararme de la cama, entonces Jesús obró.

Uno de esos días salí a un café Internet y mientras chateaba, las lágrimas se me escurrían por las mejillas, antes de salir del lugar, cuando estaba pagando, se me acerco un hombre y me dijo que si podía hablar con él, sentí algo especial, su nombre es RAFAEL MARTINES, fuimos a tomarnos un café. Me dijo que se había conmovido que no había visto a alguien llorar con tanta tristeza, que quería invitarme ese miércoles a un lugar y que si lo dejaba orar conmigo en ese mismo instante, le dije que SI, por dentro pensaba, "WOW DIOS ESTA TOCANDO A MI PUERTA". 

Ya mi hermano y mi mamá estaban yendo a la iglesia CASA SOBRE LA ROCA  en Cali, y yo pensé ¿porque no?, ya había ido antes a algunas iglesias pero no me sentía cómoda.

Ese miércoles entonces fui con Rafael a "EL LUGAR DE SU PRESENCIA", una iglesia en el norte de Bogotá. Cuando comenzó la alabanza sentí un frió correr por todo mi cuerpo. Al principio no estaba muy convencida, igual llevaba una barrera mental de que no me iba a dejar “lavar el cerebro”, pero seguí asistiendo los domingos y los miércoles sin falta. Entre más escuchaba a el pastor y conocía de Cristo, más me iba apasionando, hasta que una  noche a la una de la mañana, le dije que me hablara que yo necesitaba saber que era real. ¡Fue mágico!, tome una hoja y un lápiz y comencé a escribir. En esa época pasaba las noches en vela y mi cabeza daba mil vueltas, esa noche cuando termine de escribir me dormí, y a la mañana siguiente al leer lo que había escrito me lleve una gran sorpresa, era como si Dios me estuviera hablando, y esto fue lo que me dijo:

“Mande mi ejercito a luchar por ti, ganaste mil batallas gracias a mi.
Llegue a tu vida con mil rostros diferentes, te di mi mano, un beso, un  abrazo; te di cada cosa que pediste, te ofrecí el amor que has estado buscando, pero siempre volteaste tu rostro hacia otro lado, seguías llorando, seguías quejándote.

 Hoy por fin toque tu hombro y me miraste, sonreíste y dijiste amarme, hoy me das gracias, has entendido que soy el amor de tu vida como siempre lo has sido para mí.”

Después de esto he pasado por varias crisis de Fe, guerras espirituales, seguirle no es fácil, pero entre más le conozco más le amo, se que sigo pasando por desiertos, pero ahora lo tengo a Él que lleva mi carga y me hace todo más fácil. Dios es mi fortaleza, con el todo lo puedo.



 

 

 

 

 

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